Entre bolsas de basura, cartones, una silla y una caja de plástico. Con estos elementos un perro de raza pit bull hizo su propia casa para resguardarse del frío del invierno en las calles de Detroit. Con una temperatura de un grado y todo cubierto de nieve su refugio le salvó la vida unos días antes de Navidad. Una voluntaria del Grupo de Bienestar Animal en Detroit, Terri Looby, recibió la llamada de algunos testigos que habían visto deambular a un perro por la nieve, tras varios intentos lograron ver al perro para rescatarlo y la imagen les sorprendió.
“Cuando pasábamos por la basura, noté que había un perro enrollado en la bola más pequeña posible”, manifestó Looby al periódico animalista The Dodo. Cuando llegaron, el viento frío reinante en la ciudad petrificaba a cualquiera, y el perro necesitaba ayuda inmediata. Aunque se había cubierto de basura, el perro estaba congelado y al borde de la muerte.
Cuando el can, que fue nombrado Ollie-Loo, detectó la presencia de alguien en su búsqueda, su cola comenzó a moverse tan rápidamente que sorprendió a sus salvadoras. “Hola bebé, está bien, acércate”, le dijeron, y el perro saltó a la parte trasera del coche.
En el asiento, las mujeres llevaban una hamburguesa de pollo, él la olióhasta que obtuvo la aprobación para comerla. “Le dijimos que estaba bien, que se la comiera. El la agarró tan rápido como pudo”, señaló Terri Looby. Una vecina de la zona contó a las voluntarias que una semana antes había visto a los dueños abandonar en la calle al perro sin comida ni abrigo. Aunque el estado que presentaba Ollie-Loo era de haber estado desatendido desde hacía meses, una caso claro de maltrato animal.
Ollie fue llevado al refugio y luego a un veterinario, quien reveló que el perro tenía más de 2 años y que los rayos X mostraban la rotura del fémur. A la espera de una cirugía y de ser adoptado, Ollie recibió el amor de todo el grupo de bienestar animal.
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